Esto de ampararse en la impunidad de la masa no es nuevo.
Empezó con los vascuzos proetarras actuando en jauría y encapuchados, y no pasaba nada.
Continuó con los animales de la extrema izquierda, también encapuchados y con su mochilita a la espalda, en manadas más grandes, asaltando todo lo asaltable, atacando incluso a las fuerzas del orden, manda huevos, destrozando lo que se les antojase y acampando donde quisiesen, en manadas impunes. Son los Anti: anticapitalistas, antifascistas, antisistema... antisociales de pellejo muy fino.
Se sumaron después a la impunidad de la masa los pesetero-separatistas y sus excrecencias: las CUP, los ERC y los CDR. Escraches, acoso al que no piense igual, cortes de carreteras, vías férreas... y no pasa nada.
Y puesto que no pasa nada, los taxistas han seguido la misma estrategia: Campar a sus anchas, destrozar la propiedad ajena, molestar a todo el mundo, incumplir la ley y los más elementales modos democráticos para conseguir sus fines; bastante egoístas, por cierto como todos los anteriores.
Gobiernos cobardes que no pusieron freno en su día, y débiles y chantajeados ahora, nos han traido a esto.
Menos mal que Pedro Sánchez, el día que venga de visita oficial a España, lo arreglará todo en un pispás.
Yo, mientras tanto, no pienso volver a coger un taxi...
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