jueves, 26 de junio de 2014

666 el número de la bestia...

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Por ahí abajo se empiezan a impacientar por la tardanza en llegar a casa del susodicho. Y es que, terminal que no termina, poco terminal será, ¿No?

1 comentario:

Mi opinión dijo...

Por lo visto, ya no se mueren los presos en la cárcel.

En cambio las personas inocentes pueden morir desangrados en mitad de la calle, o secuestrados por estos individuos el tiempo que les da la gana.

Se ve que jueces y políticos miden los tiempos como si fueran dioses, unos años de cárcel por toda una vida o varias vidas.