.
La única forma de que la comisaria europea de interior deje de decir tonterías y se ponga a trabajar es meterle el problema en su casa. Seguro que estaría encantada de sacar a los hacinados inmigrantes ilegales de Ceuta y Melilla y llevarlos, junto con los de Lampedusa, a las confortables dependencias del Parlamento europeo, la Comisión, el Tribunal de derechos humanos e incluso a su propia casa.
Parece como si hubiera una mano negra en Europa que no hace más que tocarnos las... narices. ¿No tendrá nada que ver Almunia, verdad?
¡Qué bien se ven los toros desde la barrera!, el lidiarlos con arte y sabiduría, es ya otra cosa.
ResponderEliminarEl sacrificio económico para ayudar a estas gentes en su propio país es otro cantar. El dejar de aprovecharnos de su ignorancia y su pobreza ya es diferente.
¡Cuánto hipócrita, cuánta gentuza!. ¿Cuándo unas relaciones económicas pensando en estas personas?.
¡Qué fácil es que el problema esté a miles de kilómetros de uno y poder ponerse bueno hablando del tema!